miércoles, 10 de febrero de 2010

Ficofitos o algas


Tradicionalmente, las algas formaban un grupo sistemático que ha perdido precisión conforme se iba progresando en el conocimiento de los organismos que incluía. El término alga se aplicaba a todos los vegetales unicelulares, cenobiales y talófitos que viven en aguas dulces o marinas, y que estaban provistos de pigmentos de asimilación (euglenofíceas, crisofíceas, pirrofíceas, xantofíceas, etc.).

En la actualidad las algas se engloban dentro de los protistas. Para el estudio de los ficofitos nos referiremos preferentemente a aquellos en que domina la pluricelularidad, es decir, las denominadas algas superiores o verdaderas, las algas verdes, pardas y rojas (clorofíceas, feofíceas y rodofíceas).

Clorofíceas


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Se trata de las auténticas algas verdes. Son las más abundantes en cuanto a especies, formas y adaptaciones. Abarcan desde formas unicelulares flageladas microscópicas, hasta especies muy desarrolladas que presentan una organización muy compleja, incluso con aspectos muy semejantes a los de las plantas superiores.

Las más simples son unicelulares, microscópicas; las más desarrolladas son pluricelulares, con talos filamentosos ramificados o de aspecto laminar, y que alcanzan hasta un metro de longitud. El 90% de estos vegetales se encuentran en hábitats acuáticos, pero también aparecen sobre las rocas, suelos húmedos, troncos, e incluso la nieve y el hielo. Existen también algunas especies en simbiosis con protozoos, celentéreos (hidras) o formando líquenes.

Son siempre de color verde por su contenido en clorofila; los pigmentos que contienen varían según la especie, pero suelen ser: clorofila a y b, carotenos, luteína, y otros pigmentos que pueden estar enmascarados, como el hematocromo, que forma en alguna especie manchas rojas sobre la nieve. Como sustancia de reserva almacenan almidón o sustancias relacionadas en los pirenoides.

Se reproducen asexualmente por esporas (la mayoría) o fragmentación del alo (la forma más primitiva). Existen especies que no tienen flagelos (aplanosporas) o que poseen dos flagelos (zoosporas). La reproducción sexual se realiza mediante la unión de los gametos, que pueden ser iguales (isogamia) o distintos (oogamia, heterogamia). Existen formas haploides puras que sufren meiosis inmediatamente después de que se ha formado el cigoto, dando lugar a esporofitos haploides; y también plantas diploides en las que se produce la meiosis antes de la formación de los gametos. Muchas clases manifiestan alternancia de generaciones, otras no la manifiestan nunca, y también se presentan alternancia de fases nucleares de individuos o generaciones haploides y diploides.

De los diez órdenes que existen (o clases según el autor), podemos destacar las: Volvocales, Ulotricales, Conjugales, Clorococales, Sifonales, Sifonocladales y Carales.

Volvocales


Las Volvocales son organismos unicelulares (aislados o coloniales), desnudos o provistos de pared celulósica, flagelados y por lo general, autótrofos. Son planctónicas de agua dulce (nunca de agua salada) predominantes en todas las regiones del planeta. Destacan los géneros Chlamydomonas, que sirve como ejemplo de las algas unicelulares; Pandorina, que forman colonias esféricas; y Volvox (consideradas pluricelulares) que se presentan en colonias unidas por una sustancia gelatinosa, con células fotosintéticas y otras reproductoras. Este tipo de organismos fueron observadas por primera vez por el tallador de lentes holandés Antony van Leeuwenhoeck.


Ulotricales





Las Ulotricales más simples están representadas por filamentos simples o ramificado, incluso laminares. Destacan las algas comestibles conocidas como lechugas de mar, del género Ulva, cuyo talo laminar puede llegar al metro de longitud; otras muchas algas filamentosas que podemos encontrar en fuentes y estanques, pertenecen al género Ulothrix.

Conjugales


Las Conjugales son organismos haploides que se producen por la germinación de un cigoto perdurante que sufre meiosis. Se trata de algas de agua dulce, unicelulares, filamentosas o constituidos por filamentos sin ramificar y sin fijación al sustrato. Las filamentosas pueden encontrarse en aguas estancadas formando masas denominadas ovas o babas.

Destacan el género Spirogyra, con sus cloroplastos muy patentes en forma de zig-zag en número de dos a doce; el Zygnema, con dos cloroplastos en forma de estrella; y el Mongeotia, que presenta uno en forma de barril.

Sifonales


Las Sifonales son organismos de agua salada de hasta medio metro de longitud, que presentan una sola célula denominada cenocito (en forma de tubo), pero que contiene numerosos núcleos y cloroplastos. Algunas de ellas son comestibles. El género Caulerpa posee raíces ficticias o rizoides cuya única misión es la fijación, así como unas extensión filoides (en forma de hoja); el Codium bursa presenta talos huecos y esféricos, o con cilindros ramificados.

Clorococales


Las Clorococales son organismos unicelulares o coloniales pero ausentes de flagelos; se cultivan para la alimentación y como materia prima para extraer determinadas vitaminas, tales como la K o la C, así como grasas y esteroles. Las más conocidas son las clorelas (zooclorelas si viven en el interior de animales acuáticos); el color verde de la hidra de los estanques está causado por este organismo.

Sifonocladales


Las Sifonocladales como la acetabularia, son unicelulares al principio y más tarde cenocítica. Alcanza hasta los 15 cm. de altura en forma de margarita. Contribuye a la formación de depósitos calizos marinos al quedar sus talos recubiertos de sales calcáreas.

Carales o Carofíceas


Las carales o Carofíceas, son algas bentónicas de aguas dulces, que se las confunde con plantas fanerógamas acuáticas por la forma del talo parecido a un equiseto. Se trata de organismos haploides. Son muy frágiles cuando se secan debido a la cal que impregna sus talos. Algunas especies son fétidas, como la Chara foetida, que pueden transferir a aquellos peces que se alimentan de ellas.


Feofíceas


Son las llamadas algas pardas. Todas ellas son marinas (raramente se encuentran en aguas dulces) de aguas frías y poco profundas de la zona intermareal. No presentan formas unicelulares; son filamentosas, laminares o foliares. Excepcionalmente son bentónicas, como las de los sargazos. Pueden desarrollar una gran envergadura, diferenciando órganos externos asimilados a hojas (filoides o frondes), tallos (estípite o cauloide) y raíces (rizoides).

Suelen concentrarse en grandes masas que pueden quedar al aire cuando bajan las mareas. El color pardo se debe a un pigmento denominado carotenoide ficoxantina, que se encuentra presente en sus cromoplastos, el cual apaga o enmascara el color verde de la clorofila (clorofilas a y c); dando lugar a gamas de colores marrones, verdes oliva, negro, etc. El almidón de reserva, del que carecen, está sustituido por un polisacárido llamado laminarina.

Crecen a partir de células apicales, al igual que ocurre en las cormofitas; la mayoría presentan clara alternancia de generaciones. Muchos de las clases (u órdenes) de feofítos son los principales representantes vegetales en los mares fríos.

Destacan las clases Laminariales, con especies que pueden alcanzar más de 100 metros de longitud (como las de los géneros Macrocystis y Nereocystis), y que poseen vesículas que le permiten flotar (típicas en aguas del Océano Pacífico); y Fucales, a las que pertenecen los fucos y sargazos, propios de aguas cálidas, en las que suelen frotar libremente; pueden formar verdaderas praderas verdes sobre la superficie marina, ejemplo del mar de los Sargazos.

Muchas especies de algas pardas tienen interés comercial para la producción de yodo y otras sustancias, ejemplo de diversas especies de laminarias y fucos, de las que se extrae el ácido algínico y los alginatos derivados, de aplicación en farmacia, perfumería, cosmética y conservas, así como en la fabricación de determinados materiales aislantes, resinas, papel, fotografía, etc. También son apreciadas como alimento, ejemplo de la Alaria esculenta en Escocia e Irlanda, así como otras muchas en el suereste Asiático y Japón; como harinas de forraje para componer piensos avícolas y como fertilizantes para enriquecer en nitrógeno la mezcla de los estiércoles.

Rodofíceas


Las rodofitas son las llamadas algas rojas. Constituyen el grupo morfológicamente más desarrollado y complicado estructuralmente, aunque algo menos evolucionado que las feofíceas. Son las algas que alcanzan mayor profundidad marina, preferentemente cálidos o templados, que pueden llegar a los 130 metros en el Mediterráneo, y no más de 30 metros en aguas más turbias del Atlántico. En general viven libres o fijos a rocas y moluscos, y más raramente como parásitos. El carbonato cálcico que se acumula en los talos de las algas coralinas (especies de mares tropicales), da lugar a la formación de arrecifes coralinos.



Alga roja bentónica (rodofícea)


Existen algunos representantes de estas algas que son unicelulares, pero en general son pluricelulares, filamentosas ramificadas y diferenciadas por un pie que está constituido por un disco basal que se une al sustrato, así como un filamento erecto. Tienen un color que varía entre el rosa y violeta, pasando por rojos intensos. El rojo es recibido de la ficoeritrina, consistente en un pigmento rojo que presenta en los rodoplastos, el cual apaga o enmascara el color verde de la clorofila a. También poseen ficocianina (azulado). La fotosíntesis forma en ellas un polisacárido especial, almidón de las florideas.

Destacan los géneros Scinaia, Chondrus, Corallina, Gelidium, Lomentaria, Gracillaria y Delesseria. Algunas de ellas son utilizadas en el sureste Asiático, Japón e islas del Pacífico como alimento humano.

Industrialmente se utilizan los géneros Gelidium, Gracillaria y Gigartina, para la obtención del agar y el carrageno, consistentes en polisacáridos similares a la gelatina, soluble sólo en agua caliente a más de 35º C. Estos productos sirven además como complementos en la fabricación de mermeladas, jarabes, cremas, mayonesas, etc., con objeto de potenciar la cremosidad del alimento. También se utilizan en la industria de cosmética y farmacéutica, para la fabricación de jabones, lociones, cremas, pastas dentífricas, o simplemente como excipiente.

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